martes, 22 de diciembre de 2009

SOÑAR.

Lo que más hacemos los rebeldes es soñar con un mundo distinto, más justo, más libre... Esos son sueños universales... Después tengo los míos. Propios, personales y que son gigantes, porque para soñar no hay medida. No sé cuándo voy a hacerlos realidad. Además, tengo todo el tiempo del mundo y, lo principal: tengo ganas de concretarlos. Y cuando yo tengo ganas de algo no me para nadie. Imagino muchas cosas: me veo recorriendo el camino, intentando, aprovechando las oportunidades. Otros ya soñaron antes y lo consiguieron. Entonces ¿por qué no lo voy a lograr yo? Quiero seguir soñando, siempre. Los sueños me mantienen viva, me dan esperanza, me dan la fuerza que necesito para levantarme todos los dias y salir a pelear sólo por cumplirlos.

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